El director comercial de RAFESA, Daniel Sánchez, ha sido el encargado de trasladar hasta Cosmetorium una idea: “todo está conectado y si hablamos de sostenibilidad más”. Es la premisa sobre la que Sánchez ha articulado una de las ponencias más destacadas en la quinta edición del evento celebrado en el Palau de Congressos de Barcelona el 28 y 29 de septiembre.
Una charla que ha puesto el foco en una necesaria visión holística de la sostenibilidad aplicada al sector del packaging cosmético. “No podemos ser sostenibles solo en parte o solo en un momento determinado”, añadía el portavoz de RAFESA, para después lanzar a los asistentes diversas reflexiones. ¿Qué sentido tiene apostar por un envase sostenible si su contenido no lo es? ¿Qué sentido tiene invertir en mejores materiales si articulamos envíos de grandes distancias que conllevan enormes emisiones solo en transporte? ¿Qué sentido tiene utilizar solo vidrio reciclado si en nuestro almacén tenemos luces alógenas todo el día encendidas?
A lo largo de media hora, Sánchez ha compartido con los profesionales del sector que el packaging sostenible debe ser abordado desde una visión holística. “Para ser verdaderamente eficaces, debemos actuar en bloque y no por flancos”, sintetizó. Es decir: desde una visión integra que compete al fabricante, al diseñador, al productor y que, de forma especial, apela al consumidor.
Al mismo tiempo, hizo un llamamiento al análisis, la búsqueda y la reflexión, especialmente cuando se abre el debate de los materiales más sostenibles. Según el director comercial de RAFESA, no se trata solo de escoger los materiales cuya producción es más sostenible, sino de aquellos que a lo largo de todas sus fases (producción, transporte, uso, reciclaje) lo son. “No todo es bueno y no todo es malo. ¿Qué es más sostenible, el vidrio o el plástico? La respuesta es depende. Ni el plástico es el demonio, ni el vidrio es el mejor material”, valoran desde RAFESA.
El peso del producto, el coste energético del reciclado, etc., son variables que, tal y como destacan, nos han de obligar a pensar en su sostenibilidad real antes de tomar decisiones. “La clave está en no mirar hacia otro lado: el packaging sostenible exige trabajar juntos, de manera holística y siempre proactiva para encontrar el equilibrio que, como ya dijo Aristóteles, es donde se haya la verdadera virtud”, concluye Sánchez.